Ya no
te espero, ya no me ahogo y doy gracias a los días que no están teñidos de
gris, en donde ya no sé qué pensar porque antes tu nombre era lo único que
ocupaba mi espacio y lo que le restaba; pero me toca llenarme de más historias
para contar, de más labios a catalogar, de más cuerpos a conocer. Fuimos egoístas
cuando nos tocó y tan misericordiosos cuando el tiempo se daba, pero la luna ya
no se ahoga en tus risas ni en caricias insistentes, ya no me encuentro en los
labios de nadie que no sean los tuyos pero tampoco me quejo.

He de
tocar tantas piernas y cuerpos como pueda y tocarlos pensando que tu nombre no
se encuentra a un lado del mío ni jamás lo hará, no de nuevo, porque las cosas
buenas de la vida nunca se repiten a comparación de la malas que disputan las
veces que se han aparecido frente a una misma persona y dado el roce de gracia
al rostro, para caer y hundirlo en la nieve fría.
Pasee por campos verdes y susurraban algo, no los entendí, primera vez que no entiendo lo que me quieren decir porque ya no tengo oídos llenos de magia, no tengo nada que presumir. Primera vez que no quiero ver lo que me pega en la frente o el olor que me golpea la nariz. No hay más mariposas en el estómago ni marañas de cabello para oler, no hay más sábanas con perfumes ajenos, no hay más risas que pueda guardar en el baúl y ya no me quejo de los "No haberes" porque estoy bien, te lo comunico completamente segura de que jamás lo sabrás, que estoy feliz, que no te miento, que puedo andar yo sola y sin ayuda de nadie. Que de noche duermo sin calor y sin frío también.
Pasee por campos verdes y susurraban algo, no los entendí, primera vez que no entiendo lo que me quieren decir porque ya no tengo oídos llenos de magia, no tengo nada que presumir. Primera vez que no quiero ver lo que me pega en la frente o el olor que me golpea la nariz. No hay más mariposas en el estómago ni marañas de cabello para oler, no hay más sábanas con perfumes ajenos, no hay más risas que pueda guardar en el baúl y ya no me quejo de los "No haberes" porque estoy bien, te lo comunico completamente segura de que jamás lo sabrás, que estoy feliz, que no te miento, que puedo andar yo sola y sin ayuda de nadie. Que de noche duermo sin calor y sin frío también.
Ella no comprende cómo ha
podido pasar. No lo comprende o no quiere comprenderlo.
Se levanta de la cama con más sueño del que tenía cuando se acostó. Sus piernas, incapaces de sostener su peso durante mucho tiempo, comienzan a andar dirección a la cocina, cansadas, débiles. No tiene hambre, pero siente la necesidad de prepararse el desayuno. Coge el vaso de café y se sienta en la mesa, indiferente, con la mirada perdida hacia ninguna parte. Echa cucharaditas de azúcar. Una. Dos. Tres... Lleva ocho y no se ha dado cuenta. Deja la cucharilla y la taza de café. No tiene intención de tomárselo. Se levanta y se vuelve a la cama, arrastrando los pies y cabizbaja. Recuerda cuando él le decía que no llorara, que nada ni nadie se merecía sus lágrimas. "No lloraré, te lo prometo".
Se tumba en la cama. Clava su mirada en el techo, como si quisiese traspasarlo con la mirada. Pensando en nada. Con la mente en blanco.
Se gira dispuesta a dormir, aun sabiendo que le será imposible.
Y cierra sus ojos llorosos.
Se levanta de la cama con más sueño del que tenía cuando se acostó. Sus piernas, incapaces de sostener su peso durante mucho tiempo, comienzan a andar dirección a la cocina, cansadas, débiles. No tiene hambre, pero siente la necesidad de prepararse el desayuno. Coge el vaso de café y se sienta en la mesa, indiferente, con la mirada perdida hacia ninguna parte. Echa cucharaditas de azúcar. Una. Dos. Tres... Lleva ocho y no se ha dado cuenta. Deja la cucharilla y la taza de café. No tiene intención de tomárselo. Se levanta y se vuelve a la cama, arrastrando los pies y cabizbaja. Recuerda cuando él le decía que no llorara, que nada ni nadie se merecía sus lágrimas. "No lloraré, te lo prometo".
Se tumba en la cama. Clava su mirada en el techo, como si quisiese traspasarlo con la mirada. Pensando en nada. Con la mente en blanco.
Se gira dispuesta a dormir, aun sabiendo que le será imposible.
Y cierra sus ojos llorosos.
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